15 julio 2010

España, campeona del mundo de fútbol

En esta España de la crisis, las subidas de impuestos y el paro, ahora, soy inmensamente feliz. El domingo tras acabar la disputa de la final de la copa del mundo de Sudáfrica, yo, sólo en el salón de mi casa, no pude evitar dar tres o cuatro gritos, para liberar toda la tensión acumulada en 120 minutos de pasión y llorar, llorar como alguno de los jugadores que representaban la ilusión de todo un país.

Me hace sonreír cuando oigo decir, a algunos de los chavales que pululan por nuestras calles, que en su vida habían pensado poder llegar a ver esto... y lo dicen con sus 15, 16, o 20 años... ¡Vaya! que yo llevo 46 años esperando poder gritar al viento que somos campeones.

Y como yo muchos que no han podido ver como un español de Móstoles levantaba al cielo africano la copa más rutilante. Me acuerdo de mi padre que falleció hace unos meses y que aunque hubiese vivido no se habría enterado de nada por culpa de una cruel enfermedad. Me acuerdo mucho de él, que seguro que lo habrá disfrutado desde donde lo haya visto y espero que canal+ y telecinco lo hayan retransmitido allí, porque si no lo han hecho sería una putada, aunque seguro que algo le habrá llegado y estará feliz de ser español y de su atleti... que se le va a hacer, algún fallo tendría que tener el hombre, pero seguro que como atletista acostumbrado a sufrir, lo habrá disfrutado más.

Me acuerdo también de otros más, en este caso dos madridistas de postín, mi tío y mi primo, ellos tampoco lo han podido celebrar aquí, pero seguro que están dando saltos de alegría. Y que decir de mi tío José, ese alicantino hincha del Hércules que encima ha vuelto a primera división.... ufff, seguro que se le ha ruborizado hasta la calva.

En definitiva, soy feliz, muy feliz, tan feliz que sólo otro futbolero lo podrá entender y, como decía justo al pitar el final ese nefasto inglés que se coló de rondón en la final, ¡Toma, toma y toma!



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22 enero 2010

A vueltas con el padrón

En las últimas semanas se ha abierto un debate sobre si es imperativo el empadronamiento de "sin papeles".

A este respecto y, "por alusiones" como dicen en los debates, me gustaría puntualizar mi propio caso.

No soy inmigrante, soy un español que ha nacido, ha crecido y reside en el mismo pueblo, tengo pasaporte español en vigor, tarjeta sanitaria de la Comunidad de Madrid en vigor y DNI en vigor, todo ello con la misma dirección en una calle de esta población.

Esa es mi dirección desde mi última mudanza, hace más de 5 años, pero cuando fui a cambiar los datos en el Padrón Municipal, sin que entonces hubiera ningún debate sobre el empadronamiento de inmigrantes, ocurrieron cosas muy curiosas.

Toda la documentación que tenía en vigor en ese momento ya reflejaba la nueva dirección, porque una vez que había cambiado de domicilio y antes de cambiar los datos del padrón (por desidia más que nada) me había tocado renovar esos documentos y al hacerlo hice figurar la nueva dirección.

Así que cierto día de primavera en el que no tenía que trabajar, armado con mi flamante DNI nuevo en el que figura ya la dirección correcta, me persono en la Oficina de Atención al Ciudadano para que me informen de qué he de hacer para cambiar el empadronamiento de mi familia.

En la espera a que me atendiesen, veo (y oigo) como atienden a un señor de raza negra (o de color o como sea políticamente correcto llamarle) que explica que no tiene documentación pero que necesita empadronarse para que le den la tarjeta sanitaria. La funcionaria que le atiende le dice que debe demostrar su residencia en la población para lo cual le pide que le aporte alguna prueba de ello. El señor inmigrante vuelve a repetir que carece de cualquier documento pero al objeto de demostrar su residencia aporta varios tickets de compra de un hipermercado de la población y 4 ó 5 billetes de los autobuses urbanos.

Con inusitada comprensión la amable señorita de atención al ciudadano procede a rellenarle los documentos pertinentes y nuestro amigo se levanta siendo ya un ciudadano con todos sus derechos.

Y ahora me toca a mí.

Bueno, tras esperar otros 4 ó 5 minutos de charla con otro compañero que llega a convocar a los probos funcionarios a una protesta porque el Ayuntamiento ha tenido la desfachatez de abrir expediente a otra compañera por, supuestamente, haberla pillado (en mallas) en un gimnasio de la localidad en su horario de trabajo

- Buenos días, vengo a cambiar la dirección de empadronamiento de mi familia.
- Entiendo señor, ¿usted ya residía antes en nuestro municipio?
- Sí, es que he cambiado de casa, sólo eso.
- Ajá, necesito que me rellene este impreso, indicando los miembros que componen la familia, la nueva dirección y que lo firme.
- Rellenado y firmado, señorita.
- Ahora necesito que me aporte algun documento en el que figure la nueva dirección.
- Tome usted, este es mi DNI, como verá ya figura la dirección correcta.
- No me sirve, necesito un documento que acredite el domicilio, un recibo de la luz, del gas, del teléfono...
- Perdone usted, pero ¿qué mejor que el DNI? se supone que es el documento más importante que acredite la ciudadanía de una persona.
- No mire el DNI no me vale, tiene que traerme algún comprobante como los que le he dicho.
- Bueno, aquí tengo también un par de tickets del hipermercado, alguna boleta de la zona azul e incluso una multa que sus amables compañeros me han puesto por aparcar sobre la acera en la puerta de "ese" domicilio.
- Nada de eso me sirve, no lo puedo empadronar.
- Oiga y al señor negro que ha atendido usted antes, ¿a ese si le vale con un ticket y el bonobus?
- Su actitud me parece que raya en el racismo
- ¡Racismo!, ¿por qué?
- Porque lo de negro sobraba.
- ¡Coño, si era negro!
- Y usted un racista.
- Pues mire usted señorita, a lo mejor yo soy racista, tengo mis dudas, pero no lo puedo negar categóricamente, pero lo que si puedo afirmar sin lugar a dudas es que usted es gilipoyas, aparte de ser una inútil enchufada con aires de progre.

No hubo oportunidad a más, automáticamente fui expulsado de la oficina de atención a (algunos)ciudadanos bajo amenaza de denunciarme.

Así que, como todos comprenderéis, entiendo perfectamente la postura del (des)Gobierno de España con el Ayuntamiento de Vic o el de Torrejón de Ardoz. ¿Cómo tienen narices de negar la inscripción de un señor que por no tener no tiene DNI que es por lo que se podrían negar a inscribirle.

¡País!

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04 diciembre 2009

Sensatez o ecocatastrofismo

Hace unos días un hacker difundió una serie de correos electrónicos cruzados entre algunos de los más prestigiosos investigadores sobre el cambio climático y el calentamiento global. Si bien el acceso a ellos se ha realizado de forma ilegal, su contenido arroja pocas dudas sobre la absoluta manipulación a la que se nos está sometiendo a los habitantes del planeta.

Desde hace unos años y con la aquiesciencia , cuando no colaboración, de divulgadores, políticos y demás fauna que puede obtener réditos de ello, se nos viene pintando un futuro catastrófico. Poco menos que abocarnos a un planeta tipo Mad Max y a todos aquellos que han osado dudar de tan nefastas prediciiones se les ha tildado poco menos que de locos y salvajes. Será que hay que asustarnos para que sigamos las "políticamente correctas" directrices conservacionistas.

Bien, pues ahora resulta que ni es tan grave el cambio climático, ni es tan inminente. Por no ser, ni siquiera se está produciendo un calentamiento global ni se está deshaciendo el Ártico o la Antártida. Por no ocurrir, al parecer tampoco va a desaparecer ninguna mini isla de la micronesia.

Y todo ello, después de llevar a muchos países a gastar ingentes cantidades de recursos (que bien podrían haber sido utilizados en otras cuestiones de mayor beneficio para sus pueblos) en promover energías "limpias", objetos "no contaminantes" o "reciclables" y otro montón de entelequias. todo ello a más gloria de ecologistas, progres y asimilados, junto con sus adláteres empresariales.

La última ocurrencia ha sido la de mi admirado (como músico) McCartney al proponer que no comamos carne los lunes, su pongo que porque las vacas se deben tirar unos "cuescos" con alto contenido de gases de efecto invernadero. Cuando menos hilarante si no ridículo.

Que los ecocatastrofistas llamen a otras puertas, la mía se ha cerrado.

03 diciembre 2009

En defensa de los derechos fundamentales en internet

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que...

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Este manifiesto es obra de muchas manos, y propiedad de todos. Si te gusta, cópialo, pásalo, publícalo en tu weblog o haz lo que quieras con él.

En pro de la democracia directa y participativa

La pasada semana nuestros vecinos de Suiza nos han dado una lección de democracia con mayúsculas.

Cuando los ciudadanos helvéticos han decidido eliminar la posibilidad de edificar alminares en su territorio lo han hecho ejerciendo la democracia de forma directa, mediante referendum y han decidido que no quieren que unas creencias importadas se impongan de ninguna manera al pensar tradicional (más allá de si se es cristiano, agnóstico o ateo) y menos cuando, por desgracia, se trata de una creencia con ansias expansionistas y con tolerancia cero al resto.

Otro gallo cantaría en nuestras cacareadas democracias si los ciudadanos fuésemos llamados cada cierto tiempo a determinar qué queremos y qué no queremos. No digo que haya que votar todas las iniciativas que surgen, pero sí que deberíamos poder decididr sobre aquello que afecta a nuestro modelo de convivencia.

Cierto que nuestra clase política se iba a llevar unos sustos de cuidado, porque nunca hemos tenido una clase política más distanciada de la realidad y de los anhelos de los ciudadanos. Cómo es posible que cuatro diputados, cuyo interés es únicamente el propio, porque nunca han de rendir cuentas a los ciudadanos gracias a las listas cerradas, tengan en sus manos nuestro futuro y decidan en nuestro nombre qué podemos o no hacer. Todo ello en nombre de sus intereses personales o de partido, cuando no de los grupos de presión que les sustentan.

Normas como el ahora de moda tema del crucifijo en la escuela, la reforma de la ley del aborto (al menos en sus propuestas más cuestionables como la posibilidad de menores de abortar sin el conocimiento de sus padres), las sucesivas leyes educativas (que roban a los padres la educación de sus hijos) o las normas de convivencia entre ciudadanos, deberían ser votadas en un referendum que fuese vinculante para el gobierno. Incluso la posibilidad de subir o bajar impuestos.

Algunos dirán que así sería más fácil manipular a la gente, pues los aparatos mediáticos de partidos y lobbys se pondrían a ello. Tengo mis dudas, en el reciente referendum en Suiza, sólo un partido minoritario apoyaba la opción vencedora, mientras la artillería de los mayoritarios tachaba de xenófoba la opción elegida, apelando incluso a llamar racistas a los que no querían minaretes en su país.

Me parece que la gente es más inteligente de lo que creen nuestros políticos y sí, más de un buen revolcón se iban a llevar.